Cómo comprobar cargas en coches de segunda mano

Imagina que estás a punto de comprar el coche de tus sueños y, de repente, ¡sorpresa! Resulta que viene con más equipaje del que esperabas, y no precisamente en el maletero. Y es que las cargas en un vehículo son como esos invitados inesperados que se cuelan en tu fiesta: nadie los quiere, pero ahí están.

Pero, ¿qué son exactamente estas cargas? Pues bien, estas pueden ser:

Reserva de dominio

La reserva de dominio es una de las cargas más comunes en vehículos de segunda mano. Esta se produce cuando el coche ha sido adquirido mediante financiación y el pago no se ha completado en su totalidad. En estos casos, la propiedad del vehículo no puede transferirse hasta que se resuelva la deuda pendiente.

Embargos

Los embargos constituyen otro tipo de carga frecuente. Estos pueden originarse por deudas impagadas del propietario anterior, ya sea con entidades financieras, la administración pública u otros acreedores. Un embargo puede limitar la libre disposición del vehículo y, en casos extremos, llevar a su confiscación.

Multas y sanciones pendientes

Las multas de tráfico sin pagar o sanciones administrativas también pueden considerarse cargas sobre el vehículo. Y, aunque técnicamente no impiden la transferencia de propiedad, estas deudas pueden recaer sobre el nuevo dueño si no se resuelven antes de la compra.

Limitaciones administrativas

Existen situaciones en las que el vehículo puede tener limitaciones impuestas por la administración. Estas pueden incluir precintos que impiden la circulación del vehículo o restricciones debido a incumplimientos normativos.

Cargas financieras

Las cargas financieras pueden surgir de créditos o préstamos vinculados al vehículo. Estas pueden incluir hipotecas mobiliarias o anotaciones en el Registro de Bienes Muebles que afectan la titularidad del coche.